¿Qué es una incubadora de empresas y cómo puede ayudarte en tu proyecto de negocio?

El término incubadora de empresas tiene origen en la década de los años 50, en Silicon Valley, a partir de una idea surgida en la Universidad de Stanford, en California, en la cual se creó el Stanford Research Park, un parque tecnológico que promovía la creación de empresas y la transferencia de tecnología, en especial del sector electrónico.

El éxito de este parque tecnológico originó que se replicara la idea en otros lugares, dentro y fuera de los Estados Unidos, con el objetivo de ofrecer soporte a emprendedores, para que sus innovadoras ideas se convirtieran en empresas de éxito. Pero, ¿qué es una incubadora de empresas?

Una incubadora de empresas es una estructura creada con el fin de acelerar el crecimiento y asegurar la consolidación de diversos proyectos emprendedores, poniendo a disposición la infraestructura necesaria para tal fin. 

El soporte que ofrecen va desde los recursos financieros requeridos para iniciar, pasando por la renta del espacio físico, acceso a redes de contacto, orientación legal, financiera y contable, diferentes servicios básicos, como sistemas de telecomunicaciones, mantenimiento de los espacios entre otros.

Una idea de negocios novedosa y que soluciona problemas para un público en particular no es garantía de éxito para una empresa, ya que es necesario contar con las herramientas necesarias y un modelo de negocio que se convierta posteriormente en un buen plan de negocios. 

Es por eso que se crearon estas organizaciones, las cuales generalmente están constituidas y manejadas por compañías privadas, entidades gubernamentales o instituciones educativas.

El objetivo de las mismas es evitar el fracaso de muchos proyectos innovadores, colaborar con su fortalecimiento dentro del sector del mercado al que se dediquen y al desarrollo económico de los países.

Así que si tienes un proyecto de negocio que deseas llevar a cabo, es importante que conozcas cómo funcionan estas estructuras. 

¡Te lo explicamos!

Como ya sabes, iniciar un proyecto de negocio es un reto emocionante y, a la vez, desafiante. El hecho de convertir una idea en un negocio que pueda ser viable y sostenible en el tiempo, genera incertidumbre e intranquilidad, sobre todo para los emprendedores que carecen de experiencia o recursos. 

Y, por otro lado, en el mundo se generan diariamente tantas ideas de negocios, que difícilmente pueden ser absorbidas por las incubadoras. Por ello, se establecen programas de incubación, en los cuales existen criterios para el proceso de selección, de acuerdo a los objetivos específicos de cada una. 

Entre algunos de esos criterios están la viabilidad técnica, económica y financiera del proyecto, el sector de actividad y la calidad de los miembros del equipo emprendedor, entre otros. 

Así pues, una vez evaluada y aceptada la propuesta de valor, el proceso de incubación de empresas pasa por tres etapas, desde la validación de la idea, pasando por la obtención de financiamiento y llegando a la comercialización del producto o servicio.

¡Pero veamos cómo funciona un programa de incubación! 

Pre-incubación

En esta fase inicial es donde se evalúa la idea de negocio, con el fin de saber si es factible su ejecución. Es decir, se trata de armar y afinar el plan de negocio para ponerlo en marcha.

En esta fase de preincubación lo primero que se hace es analizar cuál es el mejor modelo de negocio y validarlo a través de procesos de investigación de mercados como encuestas o focus groups.

El tiempo estimado en la fase de preincubación es alrededor de 6 meses y está muy ligada a los procesos de planificación estratégica, los cuales deben respetarse estrictamente, para no alargar mucho esta etapa inicial.

Incubación

En el proceso de incubación, esta etapa corresponde a la puesta en marcha del proyecto, implementando el plan de negocio y dándole seguimiento para conocer el impacto real del mismo. 

Esto quiere decir, que se verifica que el modelo de negocio esté marchando de acuerdo a los objetivos planteados en el plan de negocio o si se requiere hacer cambios. Tiene una duración aproximada de entre 1 y 2 años, dependiendo del tipo de emprendimiento. 

En esta etapa de incubación se brindan asesorías, capacitaciones y redes de apoyo a los emprendedores para poner en ejecución los modelos de trabajo de manera real, de acuerdo a las diversas áreas del proyecto, y se da orientación sobre opciones de financiación (préstamos, líneas de crédito, crowdlending o crowdfunding)

Post-incubación

La etapa de post-incubación inicia una vez que el proyecto ha concluido y se considera que el negocio ha llegado a una etapa de independencia. Es el momento de fortalecer áreas de oportunidad para que el emprendedor administre la empresa por su propia cuenta y asuma los riesgos reales que el negocio conlleva.

En el mismo se continúa asesorando al emprendedor para mejorar productos, tener un nuevo apoyo de financiamiento, capacitación y para el desarrollo de la empresa fuera del espacio físico de la incubadora.

Para esta etapa de post-incubación se calcula un periodo de entre 6 meses a un año, dependiendo del tipo de negocio y los retos que afronta, ya que, como sabes, no todas las empresas son iguales y, por lo tanto, tampoco las incubadoras.

¡Te decimos cómo se clasifican!

Como te decíamos, no todas las incubadoras manejan los mismos tipos de negocio. Existen diferentes estándares para la creación de empresas, con características y funciones diferentes y, por eso, cada tipo de incubadora ofrece recursos y servicios según las necesidades de los emprendedores y el modelo de negocio.

Es por eso que podría hablarse de diferentes formas de agrupar las incubadoras, como por ejemplo, algunas que se especializan solo en startups, otras en mercados verticales, porque dan servicio a un determinado nicho o grupo de personas.

Existen otras por ubicación en determinadas zonas geográficas, y algunas de acuerdo al tipo de institución que las respalda, es decir, si son privadas, universitarias o gubernamentales. 

Pero la clasificación más común está definida por la especialidad en la idea de negocio, de las cuales existen tres tipos.¡Veamos cuáles son!

Tradicionales 

Este tipo de incubadora de negocio se enfoca en la creación de nuevas empresas relacionadas a áreas tradicionales, como comercio, empresas ligeras y sector de servicios, como son restaurantes, farmacias, papelerías, lavanderías, tiendas, entre otros, las cuales muchas veces están relacionadas a las tendencias de consumo del momento.

El objetivo de las incubadoras tradicionales es ofrecer programas de formación y crecimiento a negocios cuyas necesidades de infraestructura física y tecnológica no sean muy exigentes

Y en esto tiene mucho que ver la transformación digital, ya que muchos negocios tienen que adaptarse a la automatización de procesos, como por ejemplo, los pagos por Internet y otros mecanismos de operación, como ofrecer diferentes medios de pago.

El periodo de incubación de este tipo de negocio no suele ser mayor a 6 meses y consiste en aportarles las herramientas necesarias para arrancar y, en el futuro, ayudarlos a obtener capital de riesgo para que crezcan fuera de la incubadora.

De tecnología intermedia

Las incubadoras de tecnología intermedia son las que se enfocan en el desarrollo de estrategias para empresas que necesitan una infraestructura física y tecnológica y procesos de operación semi-especializados.

Los emprendedores que se adhieren a estas incubadoras son los que tienen una propuesta de valor en el área de tecnología simple, desarrollo de software y aplicaciones, de sistemas de telecomunicaciones y de los sectores alimentos y agrícola, cuyos mecanismos de operación son básicos. 

El periodo de incubación en este tipo de modelo de negocios es de 12 meses aproximadamente.

De alta tecnología 

Este tipo de incubadora apoya la creación de modelos de negocio de alta tecnología, tales como los relacionados a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), microelectrónica, sistemas micro-electromecánicos (MEM’S), biotecnología, alimentos y farmacéutico, entre otros.

Debido a que estas nuevas empresas corresponden a sectores avanzados y los requerimientos de infraestructura y procesos son mayores, el periodo de incubación puede extenderse hasta 2 años.

Entonces, como puedes observar, es innegable el aporte de las incubadoras en el sistema emprendedor, ya que hay una posibilidad bastante alta en que la idea de negocios que tienes no fracase. Sin embargo, como no todo es blanco o negro, existen pros y contras de buscar la ayuda de una incubadora. 

¡Te decimos cuáles son!

En nuestro país, el pensamiento emprendedor ha ido creciendo en los últimos años, aportando a la generación de empleos, por lo que también se ha visto un aumento en el número de incubadoras de negocios. 

Existen muchas de estas organizaciones pertenecientes a la red de incubadoras de México, las cuales ofrecen asesoramiento y apoyo a los emprendedores para su desarrollo empresarial.

Cada una de ellas ofrece diferentes servicios y beneficios, como asesoramiento personalizado, acceso a recursos y financiamiento, y otras ofrecen programas de capacitación y aceleración empresarial en diferentes áreas, en el país.

Si estás interesado en solicitar la admisión a alguna, es importante investigar y comparar lo que ofrece cada una para encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades.

Te mencionamos algunas de las más importantes:

• Incubadora del Instituto Tecnológico de Estudios de Monterrey (ITESM).
• Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México (ITESM campus CDMX).
• Centro de Negocios Universidad del Valle de México Campus Hispano (UVM)
• AngelVentures CDMX (Ciudad de México).
• Innova UNAM, vinculada a la Universidad Nacional Autónoma de México.
• Unincube-Empresas (UPAEP), vinculada a la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. 
• Centro de Incubación de Empresas de Base Tenológica del IPN (CIEBT), vinculado al Instituto Politécnico Nacional.
• Incubadora EGADE Business School.
• Centro de Emprendimiento y Aceleración de Negocios CEAN IBERO.
• Incubadora de Empresas de la Universidad Anáuac, México Sur.
• Incubadora de Negocios del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
• Incubadora de Empresas de Base Tecnológica del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ).

En conclusión, las incubadoras de negocios ofrecen una opción valiosa para los que buscan establecer y hacer crecer su idea de negocio, tanto en México como en el resto del mundo.

Lo que se busca con las incubadoras es que el emprendedor sepa hacia dónde se dirige y pueda ir alcanzando sus metas de manera gradual, así como ayudar a que los negocios tengan proyección global y sean escalables, no por un impulso o la necesidad del momento, sino por las oportunidades que pueda representar el negocio a largo plazo.

Así que no dudes en buscar apoyo de una incubadora de empresas, para lograr un negocio exitoso. ¡Te invitamos a descubrir más ideas para hacer crecer tu empresa en nuestro blog!